lunes, 15 de octubre de 2012

20121013 Peña Ubiña

Esta es la primera ascensión tras un parón de 2 meses, durante los cuales, he sufrido una operación de nariz, para reorientar mi roto tabique, para que pueda respirar por ambas fosas. La operación ha sido un éxito, y decidí comenzar la nueva temporada de ascensos, con uno de los más bonitos recorridos que he hecho, por las vistas y por supuesto, la compañía.

Subimos 4 personas, todas menos una, "vírgenes" en la ascensión a esta peña. Acordamos que sería Vicen, nuestro guía y comenzamos a subir en la parte trasera de la pick-up, para salvar el camino de tierra inicial, y comenzar ya directamente a pie del sendero. A esto se llama subir como un "jefe". Jorge y yo vamos instalados junto con las mochilas en la parte trasera dando botes, mientras Rubén y Vicen, pilotan el coche cuesta arriba y van parando al lado de los caminantes que nos vamos encontrando, ofreciéndoles subir a la parte de atrás, y salvar el desnivel inicial.

Es increíble encontrarse en estos días a gente como Vicen y Rubén. Ambos son oriundos de La Majua y de Torrebarrio, siendo el de La Majúa, el que más veces ha subido a la peña.

El día comienza con niebla y unos 3-4º C, pero la previsión nos indica que va a ser un día de sol, perfecto para subir a la cima, antes de que comience a nevar. Son 24 h de ventana, entre la lluvia del día antes, y la nieve del día siguiente.

Comenzamos siguiendo un sendero de piedras, en dirección al collado que se adivina entre la Ubiña pequeña y la Ubiña grande. El sendero comienza pronto a ponerse cuesta arriba, y se hace necesario parar para recuperar el aliento. Las vistas a esta hora (9:45) son:

La vista de Peña Ubiña entre la niebla

Los metros avanzan, y sigue sin verse la Ubiña, pero se adivina su forma
Como por arte de magia, el cielo se aclara tras una media hora de paso ligero, con alguna parada para respirar y bajar el pulso, que según el pulsómetro, indica 172bpm. (no conviene esforzarse en exceso, tras tanto tiempo de parón y una operación), y nuestras espaldas, se puede apreciar el inmenso espéctaculo de la montaña, en su plenitud.

A nuestros piés, se ve el mar de nubes:

Desde la ladera de la Ubiña grande, apenas se ve el camino por el que hemos subido

La vistas en dirección sur

Las vistas al este

Unos metros más arriba, la vista nos deja sin palabras

La parte asturiana, un océano hasta el mar

Desde el collado entre las Ubiñas, en dirección sur

La Ubiña Pequeña desde el comienzo del ascenso a la Ubiña

Encaramados en la ladera de la Ubiña grande, miramos hacia la parte asturiana
A nuestro frente, se ve claramente la montaña a la que nos enfrentamos. Parece un fantasma surgido de entre la niebla, para darnos la bienvenida a su territorio, e invitarnos a conquistarlo:
La Ubiña pequeña desde el collado

Increible muro de contención en el collado

Vistas privilegiadas del valle por donde hemos subido a nuestra derecha

Las vistas desde la falda de la Ubiña, siguen mejorando, y comenzamos a sudar intensamente. Llevamos 1 hora aproximadamente de camino, y los músculos ya están calientes.

Se nota como los oriundos, nos sacan ventaja en el ascenso a cada zancada, debiendo parar a esperarnos. Esto de ser de la "city", tenía que tener desventajas...jajaja

Nos queda por delante una ascensión, desde los 2.000 m aproximadamente del collado, hasta la cima del Peña Ubiña, a 2.417 m. Es una ascención, fácil desde el punto de vista técnico, por la ruta por donde nos hemos encaminado, pero media debido a la inclinación del ascenso, siendo en algunos puntos bastante áereo, permitiendo divisar lo que te va quedando a tus piés, pero no siendo consciente de la altura final a la que nos tenemos que enfrentar.

Paramos tras 30' de ascenso por la falda que une el collado con la cresta de la peña, para descansar y tratar de divisar cuanto nos queda. El altímetro indica que estamos a 2.189 m, por lo que nos quedan aún otros dos tramos como el que acabamos de pasar:

Vista del collado desde donde hemos empezado la subida a la Ubiña grande

El collado queda lejos, y comienzan las primeras dificultades

Merecen la pena las vistas de la Ubiña pequeña, justo al comienzo de la primeras dificultades


Al fondo: San Emiliano, Torrebarrio, La Majua, Genestosa, Villargusán, Torrestío y  Candemuela

Primer valle después del collado a nuestras espaldas. Estamos a mitad de subida a la Ubiña grande

Miramos arriba, y no vemos el final de la ruta

Hay varios miradores en la ascensión, y merece la pena acercarse a ver...

El mar de nubes se comienza a dispersar a media mañana

Seguimos subiendo, y en seguida se nota la altura ganada en vertical

Por fin!!! el punto geodésico se encuentra a la vista, estamos ya cresteando por la cima

Tras otro descanso, pasados otros 30', nos encontramos con unos conocidos de Vicen Y Rubén, que ya han hecho cumbre, y nos animan diciendo que nos quedan 15'.

No nos mienten, y por fin, tras llegar al hombro de la Ubiña, divisamos a unos 300 m en línea recta, el punto geodésico, que indica la cumbre:

Las vistas de la misma cima!!! Torrebarrio, San Emiliano, ...

El viento reinante en la cima, hacía perder el equilibrio
Ofrenda a los dioses en forma de danza??
Tras un intenso ascenso, pasando por encima de canchares de piedras y usar las manos y pies en algunos puntos para poder progresar, nos merecemos una comilona. Enseguida aparecen de las mochilas de nuestros anfitriones, tortilla, chorizo de matanza casera de las casas de Vicen y Rubén, lomo casero, jamón, y queso, acompañados de pan de la panadería de San Emiliano.

Comienza a abrir la mañana, y hemos sido de los primeros en coronar, habiendo unas 15 personas cuando llegamos a la cima, hacia las 11:30 de la mañana. Tras las fotos de rigor, y los abrazos y comentarios con el resto de la gente, que esa hora está en la cima, admirando el paisaje, decidimos ponernos a cubierto del viento, en la parte que mira hacia Asturias, donde se puede divisar hasta el puntal de arena de lo que nos indican los que saben, es Gijón. Se aprecia igualmente el Espiguete, el inicio de los Picos de Europa, y los Montes de León, que hacen frontera con Galicia. Las vistas bien merecen la pena, todas las gotas de sudor derramadas en la subida.

La gente sigue llegando a la cima y nosotros, ya acomodados en una pradera de la cumbre, comenzamos a comer. El sabor de los embutidos caseros, no tiene palabras. La tortilla de huevos de gallinas caseras, se diferencia de la otra que trae Jorge, con huevos de supermercado. Ambas muy buenas. Comemos rodeados de gente, que apenas traen un bocata o sandwich para comer, o frutos secos y chocolate. Haciendo gala de la nobleza de que nos han demostrado durante todo el trayecto, Vicen y Rubén ofrecen comida al que quiera probarla:

La gente que nos miraba, se preguntaba si llevábamos algo más que comida en las mochilas. Menudo banquete!!!
Tras dar buena cuenta de los manjares de la tierra, reemprendemos el camino de vuelta, porque aún nos queda día por delante (son las 13:00 horas aproximadamente, y tenemos más visitas que realizar en la zona), para completar el resto del recorrido que tenemos en mente realizar, aunque ya sea desde la comodidad del coche.

En el camino de bajada, empezamos a encontrarnos con grupos de gente muy seguidos, lo que da la imagen de un camino de hormigas visto desde lejos, ya que debido a la verticalidad del descenso, y a la posición privilegiada que tenemos durante la bajada, se aprecian con claridad todas las personas que en ese momento están intentando cumbre.

El descenso comienza a buen ritmo, ayudándonos de pies y manos para progresar, teniendo que echar "culo a roca" con frecuencia, para poder pasar al mismo tiempo que las personas que intentan coronar la cima.

Tras 45' de descenso, llegamos a la parte final de la falda, donde ya comienzan a vislumbrarse las praderas que temprano por la mañana, la niebla no nos permitió ver con claridad.

El paisaje es impresionante, y el cansancio comienza a hacer mella, pero aún nos quedan muchos rincones por descubrir, y Rubén y Vicen, quieren enseñárnoslos, para que tengamos una visión más rica de estos parajes.

Por fín tras otros 45', rodeando la Ubiña por la falda en dirección oeste, llegamos a una pradera desde la que ya podemos divisar el vehículo.

Hemos invertido casi 5:30 horas en el trayecto, desde que salimos del coche, y son las 14:30 de la tarde. Momento perfecto para tomar una cerveza antes de montar nuevamente en la parte trasera de la pick-up para poder acercarnos hasta los lagos de Saliencia.Mientras avanzamos por el camino de tierra, podemos ver nuestro destino de esta mañana, enmarcado como en un cuadro. Se aprecia perfectamente las dos ubiñas, y la cordillera que da nombre:

La subida a los lagos de Saliencia desde la caja de la pick-up, nos permite sacar buenas fotos




Llegando a los lagos de Saliencia, Peña Ubiña sigue dominando el paisaje a nuestras espaldas

Tras media hora desde que salimos de San Emiliano en dirección a los lagos de Saliencia, llegamos por el camino de tierra a un aparcamiento bien asfaltado y con plazas delimitadas para estacionar, donde se aprecian autobuses, coches, motos y mucho ambiente. Desde la parte asturiana, el acceso es por carretera asfaltado al contrario que desde la parte leonesa, facilitando así que muchas de las personas allí presentes, hayan accedido por la parte astur. Comenzamos el camino de tierra que da acceso a los lagos, y tras un rato caminando por el camino de tierra que bordea la ladera de la montaña, por fin llegamos a ver el primer lago:

El primero de los lagos de Saliencia

La ruta de todos los lagos. Parece ideal para hacer con raquetas en invierno...

Campa al pié del primer lago. Desde aquí comienza la ruta

El entorno invita a realizar la ruta, y el tiempo acompaña igualmente, frenándonos únicamente el cansancio que ya acumulamos. No obstante, nos anotamos la ruta para hacerla otro día, sacando una foto al recorrido de la misma. Puede que este invierno caiga con las raquetas de nieve......

Tras coger el coche de nuevo, nuestros anfitriones, nos llevan a sacar "la foto" de Peña Ubiña y su entorno:

La Ubiña grande y la pequeña, desde el lugar "secreto"

La Ubiña grande y la pequeña, desde el lugar "secreto" (II)


No nos engañaban, tras haberle lanzado no menos de 20 fotos a las ubiñas, ninguna de ellas es como la que se muestra en las imágenes superiores.

El día toca a su fin, y nos despedimos de nuestro anfitriones. Ha sido una buena ruta, y un auténtico placer compartirla.

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